Después de que los dos candidatos de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Perú se habían retado y emplazado en los días previos, el izquierdista Castillo, candidato por Perú Libre, y la ultraderechista Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, presentaron sus planes de gobierno en temas de salud, educación seguridad, economía y corrupción en la plaza de armas de la ciudad agrícola de Chota, en la región norteña de Cajamarca.
Ambos candidatos prometieron vacunas para la COVID-19 este año y dijeron que habían hablado con el embajador de Rusia al respecto. El proceso de inmunización marcha lentamente en Perú y ha estado plagado de controversias.
Mientras Castillo reiteró que buscará en un referendo una nueva Constitución y la nacionalización de los recursos, Fujimori representa la derecha autoritaria de su padre y la continuidad de la Constitución vigente desde 1993, surgida tras el “autogolpe” de Estado del exmandatario.
“Esta Constitución hecha por la gran corrupción ha saqueado al pueblo peruano”, acentuó el profesor Castillo y reafirmó que nacionalizará los recursos naturales, especialmente el gas. Por su parte, Fujimori prometió “un país reconciliado y sin lucha de clases”; porque el país “necesita un cambio, pero no un cambio hacia atrás ni un salto al abismo”.
Debate marcado por tono populista de ambos lados
Fujimori sugirió reducir los impuestos a los combustibles y entregar directamente a la gente el canon de la explotación de hidrocarburos que ahora reciben los gobiernos regionales. En respuesta, Castillo afirmó que invertirá el 10 % del Producto Interno Bruto (PIB) en educación y otro 10 % en salud, dará su sueldo a los más vulnerables, los jueces serán nombrados por elección popular y firmará un decreto para que “en 72 horas se vayan del país todos los extranjeros que han venido a delinquir”.
En educación, Fujimori prometió construir en cinco años 3000 escuelas, las mismas que su padre hizo en diez años, y dar mejores condiciones “a los maestros que enseñan, no a los que están con licencia sindical y dejaron abandonados a los niños”, en clara referencia a Castillo. El candidato respondió que es su derecho y le recordó que ella llegó a Chota con un permiso judicial, pues afronta una acusación de 30 años de cárcel por lavado de dinero en sus anteriores campañas electorales que ya le llevaron a pasar recientemente 15 meses en prisión preventiva.
Los resultados de un sondeo realizado por la empresa privada Datum muestran que Castillo lograría el 41 % del apoyo ciudadano, mientras que Fujimori poseería el 26 % de la intención de los votos.
Conforme a los resultados de la primera ronda de las elecciones, celebrada el pasado 11 de abril, Castillo fue candidato más votado con 2 683 257 votos, seguido por Fujimori con 1 878 177 sufragios.
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