HAMAS indicó el viernes en un comunicado que tal agresión israelí supone una escalada peligrosa y acusó al régimen de perpetrar una limpieza étnica con el objetivo de destruir el campamento, desplazar a sus residentes y cambiar la realidad demográfica de Cisjordania.
El movimiento palestino instó a los Estados árabes, a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional a asumir su responsabilidad, imponer sanciones y actuar de inmediato para proteger a los palestinos en Cisjordania, Al Quds y Gaza, quienes, según afirma, enfrentan un genocidio sistemático a manos de Israel.
El ejército israelí demolió el viernes 24 edificios en Yenín. Sin embargo, cientos de viviendas ya han sido demolidas en Yenín, Tulkarem y Nablus (también conocida como Nur Shams) este año.
Un miembro del parlamento israelí destacó el jueves que el régimen Tel Aviv estaba “importando” su “guerra de exterminio” de la Franja de Gaza a la Cisjordania ocupada.
Ofer Cassif, miembro de la coalición política Hadash en el parlamento israelí, hizo estas declaraciones después de que las fuerzas ocupantes mataran a dos hombres palestinos en la ciudad cisjordana de Yenín durante una redada.
Las muertes fueron confirmadas por la Autoridad Palestina, que identificó a las víctimas como Al-Muntasir Mahmud Qasem Abdullah, de 26 años, y Yusef Ali Yusef Asasa, de 37, condenando el tiroteo como “un crimen de guerra en toda regla y una flagrante violación de todas las leyes, convenciones, normas y valores humanitarios internacionales”.
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