Publicada: jueves, 19 de noviembre de 2020 20:31

Con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca podrían cambiar muchas cosas para Arabia Saudí, lo que perjudicaría principalmente al príncipe heredero saudí.

El asesinato del periodista crítico saudí Jamal Khashoggi ha sido un tema principal de los debates entre los precandidatos del Partido Demócrata a la Presidencia, así como de los que mantuvieron luego el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, y el presidente Donald Trump, aspirante republicano a la reelección.

Khashoggi entró el 2 de octubre de 2018 en el consulado de Arabia Saudí en la ciudad turca de Estambul y fue asesinado, en el recinto diplomático, por un escuadrón de la muerte, bajo la supervisión del príncipe heredero saudí Muhamad Bin Salman.

Al respecto, el presidente estadounidense, Donald Trump, minimizó un informe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU. que responsabilizaba a Riad del escandaloso crimen contra el disidente saudí en Turquía.

No obstante, el presidente electo de EE.UU., Joe Biden, ha enfatizado que los “derechos humanos” están entre las prioridades de su política exterior, en especial en Asia Occidental. Por eso, amenazó al príncipe heredero saudí con tener que pagar el precio de dicho crimen.

La razón del impulso demócrata para castigar a Arabia Saudí es clara: el asesinato de Khashoggi y el apoyo abierto de la Administración Trump a la monarquía saudí.

Cabe recordar, que Arabia Saudí fue primer destino extranjero del presidente saliente Trump, quien incluso se jactó de haber protegido al príncipe heredero Muhamad bin Salman (MBS) después del asesinato de Khashoggi.

La “ira” de los estadounidenses hacia Muhamad bin Salman no se limita al Partido Demócrata, sino que incluso miembros del Partido Republicano, especialmente los colaboradores cercanos de Trump, como el senador Lindsey Graham, han expresado su indignación por el asesinato de Khashoggi.

Los republicanos piden el fin de la venta de armas a Arabia Saudí; ¡no porque los estadounidenses estén siendo asesinados con estas armas estadounidenses, sino por venganza a la sangre de Khashoggi!

Un punto a tener en cuenta es que Biden, enojado con Bin Salman por el asesinato de Khashoggi, fue vicepresidente de Barack Obama, cuyo gobierno, si no hubiera dado luz verde a Arabia Saudí, la monarquía árabe no habría podido iniciar en 2015 una guerra a gran escala contra Yemen ni siquiera atreverse a cometer crímenes de guerra contra los civiles yemeníes, como lo está haciendo en estos últimos seis años. Riad perpetra todas estas atrocidades sin temor a la represalia de la comunidad internacional.

Sería mejor que el presidente electo Biden se vengara de Bin Salman por matar, herir y desplazar a cientos de miles de yemeníes, en vez de vengar el asesinato de Jamal Khashoggi, columnista de Washington Post.

En este artículo, no buscamos restar importancia a la fealdad del asesinato de Khashoggi, pues, Biden tiene derecho a estar enojado con el príncipe heredero saudí, pero la fealdad de este crimen no es comparable a matar, desplazar y asediar a más de 20 millones de yemeníes, cuya única culpa es no entregarse al régimen saudí.

Es difícil justificar la ira de Biden contra Bin Salman por el asesinato de Khashoggi como una respuesta humanitaria. Si es cierto ese sentimiento, entonces, Biden habría sido invadido por la ira cuando escuchó las palabras de David Beasley, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en su intervención ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).

“Si ignoramos, no hay duda de que Yemen caerá en el abismo del hambre destructiva en los próximos meses. La sombra de la muerte amenaza la vida de millones de hombres, mujeres y niños yemeníes debido al hambre”, enfatizó Beasley.

Según el diplomático, la malnutrición del pueblo yemení está en niveles nunca vistos, de modo que uno de cada cuatro niños la padece.

Por su parte, el jefe humanitario de la organización, Mark Lowcock, también alertó a los 15 Estados miembros del CSNU sobre este problema y aseguró que la tarea más urgente es evitar que se extienda la hambruna en el país, por lo que el mundo debe proveer fondos que permitan proteger a la población civil y enviar ayuda humanitaria.

Por lo tanto, hay que recordar a Biden que, sin la luz verde de las Administraciones de Obama y Trump, el príncipe heredero nunca se habría atrevido a invadir Yemen y cometer los crímenes de lesa humanidad contra el pueblo yemení.

Pues, señor Joe Biden es mucho mejor que se enoje y reaccione ante los crímenes que comete el régimen de Riad contra el pueblo yemení, que por el asesinato de Jamal Khashoggi, ejecutado por el mismo verdugo saudí.

Por Mohsen Khalif Zade