Los manifestantes en el pueblo de Maamir, a unos 15 kilómetros al sur de Manama (capital), coparon las calles coreando consignas contra el régimen de Israel.
Manifestaciones similares se llevaron a cabo también en las localidades de Abu Saiba y Shajura, ubicadas en el norte del país, al oeste de la capital.
En Abu Saiba y Shajura, los manifestantes denunciaron el controvertido acercamiento entre las autoridades bareiníes e Israel y prometieron hacer frente a cualquier intento de Manama de normalizar sus relaciones con Tel Aviv.
El pasado 10 de febrero, el Canal 13 israelí reveló que Baréin había informado a Israel hace más de dos años de su gran interés en normalizar las relaciones bilaterales.
Este informe se dio a conocer solo a tres días de la celebración en Varsovia, capital polaca, de una polémica conferencia sobre el Oriente Medio organizada por EE.UU., y donde resultó obvio el acercamiento entre Israel y algunos países árabes, incluido Baréin.
En la citada cumbre, a la que también asistió el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, los cancilleres de los Estados árabes ribereños del Golfo Pérsico mostraron su hostilidad hacia Irán y su apoyo a Israel.
El ministro de Exteriores de Baréin, el sheij Jalid Bin Ahmad Al Jalifa, ninguneó la opresión de los palestinos por parte de Israel. Afirmó que la disputa entre Palestina e Israel ya no era el tema más importante del mundo árabe, Irán, desde su punto de vista, era “un desafío mayor”.
Grupos palestinos repudiaron la cita de Varsovia, ya boicoteada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, acusó de traición a aquellos países árabes que están cooperando con Israel, tras acusar al régimen de Tel Aviv de ser la fuente del extremismo y la violencia en el Oriente Medio.
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