Como parte de un experimento, los reporteros del mencionado rotativo germano fueron enviados el lunes a colgar banderas israelíes en varios lugares de las principales ciudades alemanas para ver qué sucedería. “Los resultados del experimento revelan la problemática situación de Israel en el país, junto con algunas preguntas serias relacionadas con la sociedad alemana”, según ha recogido este martes el periódico israelí Haaretz.
“Todas las banderas fueron eliminadas, algunas de manera ostentosa: en algunas escupieron antes, una terminó en el cubo de la basura y a otra trataron de prenderle fuego”, alega el medio israelí.
Berlín, la capital, marcó el “récord” porque la primera bandera fue eliminada transcurridos solo 42 minutos, en Munich fueron 61 y en Frankfurt, 81, y los espectadores miraban airados las banderas antes de ser eliminadas, según denuncia Haaretz.
Todas las banderas fueron eliminadas, algunas de manera ostentosa: en algunas escupieron antes, una terminó en el cubo de la basura y a otra trataron de prenderle fuego”, denuncia el diario israelí Haaretz.
Resulta evidente que la noticia habla de la existencia de un antisemitismo latente que con mucha probabilidad también es propio de ciertos sectores de la sociedad europea, aunque, al parecer, más en Alemania, según trata de demostrar el experimento de Bild.
De todos modos, no hemos de dejar del lado el hecho de que en los países europeos cualquier cuestionamiento del Holocausto es severamente perseguido y penalizado con la cárcel. De hecho, el abogado alemán Horst Mahler, revisionista del Holocausto, fue arrestado en Hungría en mayo del año pasado, después de que huyó de su país para no regresar a prisión.
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