En un informe publicado el miércoles por las oenegés Americanos por la Democracia y los Derechos Humanos en Baréin (ADHRB) y el Instituto para los Derechos Humanos y la Democracia de Baréin (BIRD, por sus siglas en inglés) se condena la tortura y el abuso generalizado contra las mujeres presas en el pequeño país del Golfo Pérsico.
La publicación revela la vinculación de EE.UU. y el Reino Unido con las practicas inhumanas del régimen de Manamá contra las activistas y defensoras de los derechos humanos y señala que estas medidas han aumentado desde el año 2017, cuando el servicio de espionaje de Baréin fue reinstalado.
El informe, de 135 páginas, titulado “Rompiendo el silencio”, expone que las presas políticas han sido objeto de abusos en todas las etapas del procedimiento penal, incluyendo torturas físicas, sexuales y psicológicas para obtener confesiones.
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Desde el primer momento, la tortura comenzó en el automóvil por hombres enmascarados, armados y vestidos de civil. Me vendaron los ojos, me golpearon en la cara y presionaron mi cabeza contra la pared violentamente”, ha testimoniado Medina Ali, una de las mujeres detenidas en las cárceles del régimen de Baréin.
Las autoridades penitenciarias de Baréin han sometido a al menos seis detenidas a confesiones forzadas para condenarlas a prisión. Además, la mitad de las mujeres entrevistadas en el informe han reconocido que recibieron palizas, patadas y puñetazos.
“Desde el primer momento, la tortura comenzó en el automóvil por hombres enmascarados, armados y vestidos de civil. Me vendaron los ojos, me golpearon en la cara y presionaron mi cabeza contra la pared violentamente”, ha testimoniado Medina Ali, una de las mujeres detenidas en las cárceles del régimen de Baréin.
El reporte también pone de relieve la complicidad de los Gobiernos del Reino Unido y los Estados Unidos, que continúan suministrando armas y apoyo político al régimen de Baréin, en un flagrante desprecio por las preocupaciones internacionales de derechos humanos.
Estos abusos continúan sin ser investigados porque los organismos de supervisión financiados con fondos de los Gobiernos británico y estadounidense son cómplices y no permiten que los responsables rindan cuentas, indica el documento.
De acuerdo con los activistas bareiníes, muchas personas, entre ellos líderes de los grupos de la oposición, médicos, profesores, estudiantes y funcionarios, se encuentran en prisiones donde hay sido víctimas de abusos.
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Amparados y protegidos por EE.UU., los Al Jalifa siguen violando los derechos humanos de los ciudadanos desde el 2011. Durante todos estos años, Baréin ha ido reprimiendo a los manifestantes antigubernamentales porque las críticas hechas por otros países y las organizaciones internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se limitan a comunicados y palabras y nunca se convierten en una medida práctica para salvar a los bareiníes que siguen exigiendo a diario la renuncia de ese régimen.
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