“Tienen que acabar la sangre y las lágrimas, ya que el conflicto entre el PKK y el Estado turco es una guerra que ninguna de las partes puede ganar”, afirmó el lunes Öcalan en un mensaje que fue transmitido hoy por su hermano Mehmet, que lo visitó en la isla-prisión de Imrali, en Estambul.
Además, aseguró que si Ankara está dispuesta y manda a sus representantes, se podría aplicar un plan de paz y resolver el problema en seis meses.
Tienen que acabar la sangre y las lágrimas, ya que el conflicto entre el PKK y el Estado turco es una guerra que ninguna de las partes puede ganar”, afirmó el líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdolá Öcalan.
El hermano de Öcalan aseguró que la salud de su hermano, sobre la que se rumoreaba que era delicada, está en buen estado. Esta ha sido la primera visita familiar que ha recibido en dos años el fundador del PKK, partido considerado terrorista por Turquía.
Öcalan, encarcelado desde 1999 y condenado a cadena perpetua tres años después, fue el impulsor de las fracasadas conversaciones de paz iniciadas a principios de la presente década, que trataban de poner fin a un conflicto que acumula más de 40 mil muertos.
En los últimos días se han producido intensos enfrentamientos entre el PKK y el Ejército turco en las provincias surorientales de Hakkari y Van.
Tras la ruptura en julio de 2015 de un alto el fuego vigente desde hacía dos años, el Ejército turco lanzó una gran ofensiva contra el PKK en el sureste del país y desde entonces los enfrentamientos se han recrudecido.
Más de 40.000 personas, la mayoría de ellas kurdos, han muerto desde que el PKK se alzó en armas hace más de 30 años. El PKK es considerado como una organización terrorista por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
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