El alto cargo militar estadounidense ha justificado este domingo la medida, alegando que los independentistas usan “herramientas diplomáticas, informativas, militares y económicas”.
"Soy de la opinión de que Occidente debería considerar todo tipo de herramientas para responder a esta situación", ha subrayado.
"¿Podía desestabilizar la situación? La respuesta es 'sí'. Como también podría hacerlo quedarse con los brazos cruzados", ha agregado el general Breedlove.
El mandatario ucraniano, Petro Poroshenko, anunció recientemente su decisión de fortalecer la capacidad militar del país y solicitar a Washington y a sus aliados occidentales que suministren a Kiev armamentos letales y no letales, pese a los acuerdos de paz firmados el pasado 12 de febrero en Minsk, capital bielorrusa.
En reiteradas ocasiones las autoridades rusas han advertido a la OTAN y a los Estados que lo integran, sobre los riesgos que supone el suministro de armas a Ucrania.
"Hemos señalado el peligro de entregar armas a Ucrania y proporcionar ayuda militar. Esto es contrario a los acuerdos de Minsk y sólo crea la ilusión de la posibilidad de resolver la crisis por medios militares", declaró a mediados de este mes en curso el embajador de Rusia ante la OTAN, Alexander Grushkó.
Por su parte, el viceministro de Defensa de Rusia, Anatoli Antónov, denunció a principios de marzo que la OTAN usa la crisis al este de Ucrania como pretexto para acercarse a la frontera con la nación rusa.
La crisis de Ucrania emergió en abril de 2014, cuando los nuevos dirigentes de Kiev recurrieron a una operación militar para sofocar las protestas desatadas tras el derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich, en febrero de 2013.
Los enfrentamientos en las provincias rusoparlantes del este de Ucrania han causado la muerte de más de 6000 personas, según datos de las Naciones Unidas. Además, alrededor de 1,5 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y gran parte de la zona ha quedado derruida.
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