La avenida Habib Bourguiba se ha convertido en el epicentro de las protestas convocadas, unas horas después del atroz ataque, por la sociedad civil, en las que han participado varias figuras políticas.
Los concentrados, entre los que también se ha podido ver a militantes de distintos movimientos, han gritado “el terrorismo no tiene religión”, mientras han solicitado un Túnez libre.
La tarde de este miércoles la noticia de un atentado contra el mencionado museo ha sacudido el mundo: al menos 19 personas, entre ellas 17 turistas extranjeros, han perdido la vida y decenas más han resultado heridas.
Tras los hechos, el primer ministro del país, Habib Essid, se ha reunido de urgencia con el Consejo de Ministros a fin de abordar los últimos acontecimientos en el país norteafricano.
 
Por su parte, el presidente tunecino, Beyi Caid Essebsi, ha hecho hincapié en la voluntad de su país para enfrentar el fenómeno del terrorismo, prometiendo a la nación tunecina que su Administración está luchando contra “esta minoría salvaje”.
El terrorismo es un asunto crucial para Túnez, ya que el Ministerio del Interior del país estimó, recientemente, que al menos 2400 de sus ciudadanos se han convertido en terroristas en Siria desde 2011, y que alrededor de 400 han regresado.
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