Esta vez, fue el presidente de Nicaragua quien fustigó los crímenes y atrocidades de Tel Aviv en el enclave costero y exigió el cese inmediato de la guerra israelí a la que tachó de brutal y bestial, alimentada por occidente.
El mandatario del país centroamericano responsabilizó a Estados Unidos y sus aliados europeos, de propiciar el conflicto palestino-israelí para abrir otro frente ante una posible derrota de Ucrania ante Rusia.
Afirmó que Occidente se beneficia de la actual situación en Asia Occidental y no le importa el derramamiento de sangre de los palestinos. Por otra parte, defendió el derecho inalienable de los palestinos a tener un estado independiente.
De igual manera, afirmó que la reciente brutalidad israelí en Gaza y la masacre de los palestinos es para tapar las debilidades del premier israelí, Benjamín Netanyahu, y la entidad sionista.
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