De acuerdo al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma, México es el país latinoamericano que tiene más centros de privación de libertad de personas en movilidad, con un total de 50, la mayoría de los cuales empezaron a construirse entre el 2000 y el 2010.
Activistas señalan que la mayoría de migrantes que son detenidos en México son llevados a estos lugares, pero casi siempre sufren de violaciones a sus derechos humanos.
De acuerdo al Instituto Nacional de Migración, la capacidad acumulada de estas instalaciones, a marzo del año en curso, permitía alojar a 6209 personas; mientras que el flujo migratorio promedio mensual para el 2022 fue de 37 037 personas y no bajó de 23 000 mensuales, por lo que activistas dicen están sobresaturadas, principalmente en el sur de México.
Activistas piden al Gobierno desaparecer estas estaciones migratorias o por lo menos permitir a organizaciones no gubernamentales ayudar con temas como salud para quienes están dentro de estos lugares.
El Estado Mexicano mantiene abiertas las estaciones migratorias para intentar controlar el flujo de extranjeros que entran al país. Sin embargo activistas piden más respeto a los derechos humanos de los migrantes cuando estén dentro de estos lugares o bien desaparecerlos y modificar la política migratoria para tener una migración ordenada.
Lizeth Coello, Chiapas.
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