Los medios árabes Al-Hadath y Al-Arabiya han informado este sábado de la llegada de varios aviones militares estadounidenses a Ain Al-Asad, en la provincia iraquí de Al-Anbar (oeste), poco después de que el Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono) comunicara que sopesaba enviar sistemas antimisiles Patriot a la base en cuestión.
Una fuente consultada por los medios baraja la posibilidad de que los aviones portaran avanzados sistemas Patriot a fin de aumentar la capacidad defensiva de Ain Al-Asad ante un nuevo posible ataque de represalia iraní.
Distintos analistas coinciden en que EE.UU. “necesita” un sistema de defensa antiaérea para defenderse en Irak, donde permanece de forma ilegal, añade la publicación.
El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán atacó Ain Al-Asad el 8 de enero en represalia por el asesinato del comandante de la Fuerza Quds del CGRI, Qasem Soleimani. Los sistemas antiaéreos estadounidenses no funcionaron pese a estar en máxima alerta ante cualquier posible ataque relámpago desde Irán.
EE.UU., que negó en un principio la existencia de víctimas entre sus soldados, confirmó el 16 de enero que 11 soldados habían sufrido lesiones cerebrales traumáticas. No explicaron la razón, pero la cifra se elevó gradualmente a 34 y 50, 64 y 109 y ahora es de 110.
Pese a la magnitud de la ofensiva, Teherán ha dejado claro que solo vengó el ataque de EE.UU. al vehículo de Soleimani y no su muerte.
El asesinato del teniente general Soleimani, además de poner en entredicho el poder de EE.UU. a nivel regional, podría jugar en su contra y allanar el camino para su expulsión de Irak, país rico en reservas petrolíferas y geográficamente estratégico.
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