Según ha informado la agencia de noticias local Rudaw, el segundo día consecutivo de protestas masivas en la región semiautónoma de Kurdistán ha degenerado en violencia cuando las fuerzas de seguridad kurdas abrieron fuego contra los manifestantes y dejaron varios muertos y heridos.
Los peores enfrentamientos han tenido lugar en la ciudad de Ranya, en el norte de la provincia de Suleimaniya, donde al menos cinco personas murieron y otras 80 resultaron heridas de bala por los disparos de los agentes policías.
Durante la protesta, los manifestantes asaltaron las sedes de los partidos políticos del Kurdistán iraquí e incendiaron la oficina de la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK), así como la sede de la televisión en idioma kurdo NRT.
No nos quedaremos de brazos cruzados si un ciudadano es atacado o reprimido. Los ciudadanos iraquíes son iguales en todas las partes. Castigaremos a los que atacan a cualquier ciudadano”, advierte el primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi.
Por su parte, el primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, ha avisado de que su Gobierno no se quedará “de brazos cruzados” ante la represión de los ciudadanos kurdos, e insta a las autoridades de la región de Kurdistán a “respetar las protestas pacíficas”.
“No nos quedaremos de brazos cruzados si un ciudadano es atacado o reprimido. Los ciudadanos iraquíes son iguales en todas las partes. Castigaremos a los que atacan a cualquier ciudadano”, advierte este martes Al-Abadi.
Estas protestas se realizan en contra de la gestión del gobierno regional del Kurdistán iraquí (KRG, por sus siglas en inglés) y la precaria situación económica, además de la corrupción, razón por la que parte de los funcionarios públicos kurdos no ha recibido sus salario en los últimos meses.
Las tensiones entre el Gobierno de Irak y el del Kurdistán se agudizaron después de que las autoridades kurdas celebraran el 25 de septiembre un referéndum separatista ilegal, pese a las advertencias y el rechazo del Ejecutivo central, los países vecinos y gran parte de la comunidad internacional.
El Gobierno de Bagdad ya había advertido de que el referéndum era, en realidad, una especie de maniobra política del KRG con el fin de tapar la rampante corrupción entre las autoridades del Kurdistán iraquí y, en especial, el tema de las ganancias petroleras.
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