Publicada: sábado, 28 de junio de 2025 17:29

En las primeras horas del 24 de junio, la quietud de Astaneh Ashrafieh, una pequeña ciudad iraní en la provincia norteña de Guilán, fue destrozada por el estruendoso rugido de los bombardeos israelíes.

 Por: Humaira Ahad

Alrededor de la 1:10 am, hora local, el régimen sionista lanzó misiles contra una vivienda civil, reduciendo la modesta casa a ruinas humeantes.

Tras el acto de agresión, los rescatistas extrajeron 15 cuerpos de entre los escombros, incluidos abuelos, niños dormidos y familias enteras borradas en un instante.

Entre los muertos estaba el Dr. Seyed Mohamad Reza Sediqi Saber, uno de los científicos nucleares más destacados de Irán, cuya carrera había estado marcada por el progreso científico pacífico.

El científico nuclear se encontraba visitando su hogar ancestral cuando el régimen israelí llevó a cabo un ataque terrorista en el vecindario civil del norte de Irán.

Ya había sobrevivido a un intento de asesinato pocos días antes. El 13 de junio, Israel bombardeó su residencia en Teherán, matando a su hijo de 17 años, Hamid Reza. Después de enterrar a su hijo en su ciudad natal de Astaneh Ashrafieh, el Dr. Saber se trasladó a la casa de sus suegros.

Once días después, los aviones de guerra israelíes volvieron a atacar, esta vez apuntando a la casa donde se encontraba hospedado.

El acto de agresión del régimen mató al menos a 15 civiles e hirió a otros 33. Entre los mártires estaban Seyedeh Mahya Sediqi Saber, Seyedeh Fatemeh Sediqi Saber, Zahra Saber, Musa Saber, Soltanat Hoseinpur, Yas Saber, Milan Saber y Hamed Saber, todos miembros de una misma familia.

Otros incluidos en la lista de víctimas fueron Mahsa Ahmari, Amir Ali Chatr Anbari, Ahmad Lotfi Rad, Ruhangiz Farhang Mohini, Shahrebanu Pur Ramazan y Moytaba Mohamadour.

Hamed Saber, empleado de la Organización de Puertos y Navegación Marítima de Irán en la provincia de Hormozgan, fue asesinado junto a su esposa, su hijo de 7 años, sus padres ancianos, su hermana, su cuñado y el hijo de estos.

Todas las víctimas eran civiles, incluidos empleados del gobierno, niños y miembros mayores de la familia.

Puria Kolivand, representante adjunto de Irán ante la Organización Marítima Internacional, expuso el brutal asesinato de su colega por parte del régimen sionista.

“El ataque horrendo ocurrió en medio de la noche en un tranquilo edificio residencial en una pequeña ciudad del norte de Irán, lejos de cualquier instalación militar o nuclear”, dijo, subrayando que “el objetivo del ataque fue una casa privada donde civiles inocentes dormían”.

Kolivand condenó al régimen sionista por demostrar, una vez más, su total indiferencia por los valores morales, religiosos y humanitarios, como ya se había visto anteriormente en Gaza.

Afirmó que “el repetido ataque a mujeres, niños y civiles inocentes revela un patrón profundamente arraigado de crueldad que, lamentablemente, ha sido posible gracias al apoyo de algunos países”.

Dos meses antes de su muerte, el Dr. Hamed Saber fue incluido en la lista de sanciones del Departamento del Tesoro de EE.UU. Nunca se presentaron cargos, exponiendo la naturaleza inhumana y engañosa de las sanciones estadounidenses, que carecen de cualquier base legal y sirven solo como una táctica de presión contra Irán.

El ataque terrorista del 24 de junio fue uno de los incidentes más mortales en la agresión israelí de 12 días contra Irán, que mató a más de 627 personas e hirió a 4870 otras.

“Desde el comienzo de la guerra de Israel contra nuestra nación, 163 mujeres han sido heridas y 44 mujeres han sido mártires, dos de las cuales eran madres embarazadas que perdieron la vida junto a sus hijos no nacidos. Entre los mártires de la guerra hay 13 niños, el más joven de los cuales tenía solo dos meses de edad”, dijo Hosein Kermanpur, jefe del Centro de Relaciones Públicas e Información del Ministerio de Salud de Irán, sobre el número de muertos.

Israel y sus aliados occidentales, particularmente EE.UU., afirmaron falsamente que su agresión contra Irán solo había atacado sitios militares y nucleares.

En realidad, fueron atacados edificios residenciales, hospitales, ambulancias, infraestructura energética e instituciones públicas. Esto no fue un accidente ni un error de cálculo, sino un acto calculado de brutalidad.

En Guilán, donde los cuerpos de quince víctimas ahora descansan bajo la tierra, el ataque se erige como un recordatorio brutal del costo humano de la agresión no provocada, brutal e ilegal de Israel.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.