Trenes cancelados y numerosas líneas de metro cortadas. Esta es la situación de Francia desde los primeros días de diciembre por la huelga contra la reforma de las pensiones. Ni siquiera dieron tregua por la Navidad.
Mientras el Gobierno de Macron intenta que los cortes en el transporte no afecten mucho los desplazamientos de pasajeros en Navidad, los sindicatos mayoritarios apuestan por continuar con el paro hasta la nueva gran jornada de manifestaciones, prevista para el 9 del enero.
Las autoridades también advierten de las pérdidas económicas de esta prolongada huelga. Hasta ahora, ya ha costado 400 millones de euros a la empresa estatal de ferrocarriles. El gobierno dice que la pelota está en el tejado de los sindicatos para encontrar un compromiso ya que el Elíseo ha manifestado su disposición para dialogar.
Las pensiones en Francia son uno de los pilares fundamentales del sistema de protección social. Por eso, los planes del presidente Emmanuel Macron han desatado una grave crisis. Busca un sistema “universal” que aglutine a los 42 regímenes especiales en uno solo y atrasar dos años la edad de jubilación, de 62 a 64 años, para recibir una pensión completa.
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