Francia ha vuelto a movilizar esta noche a los 45 000 policías desplegados para intervenir en los disturbios y protestas. El gobierno galo anunció este lunes que, aunque la violencia haya disminuido, la situación dista mucho de ser tranquila. El ministro del Interior, Gérald Darwinin, también justificó el uso de fuerzas especiales y vehículos blindados, que dijo, ayudaron a controlar la situación.
“Diferentes ciudades y regiones de Francia han anunciado fondos de ayuda sin burocracia para apoyar a los empresarios” manifestó el ministro francés para ayudar así a los empresarios afectados por la destrucción de los indignados.
El gobierno de Emmanuel Macron ha insistido este lunes que Francia es un país legítimo y respetuoso de la ley y que la policía está sujeta a la ley. En base a esto, se investiga el caso del oficial que disparó contra Nahel, el joven de origen afrodescendiente y argenlino asesinado, bajo la sospecha de homicidio doloso.
Mientras ha apoyado a la policía, el gobierno ha asegurado que la policía no tiene problemas con el racismo y el uso de armas de fuego.
El presidente Macron tiene previsto reunirse el martes con más de 220 alcaldes, cuyas comunidades se han visto afectadas por la violencia en los últimos días. El enfado de miles de jóvenes es principalmente contra los símbolos del gobierno y en especial contra los municipios.
Desde la muerte de Nahel, de 17 años, Francia se ha enfrentado a protestas y disturbios públicos generalizados, con mayor incidencia por las noches. Ha habido frecuentes incendios y enfrentamientos violentos entre policías y manifestantes. Más de 3000 personas han sido detenidas en todo el país desde que comenzaron los disturbios la semana anterior.
Durante la noche del domingo, más de 150 personas fueron detenidas en las protestas callejeras, según el Ministerio de Interior.
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