“Estamos en una sociedad profundamente tensionada, estamos al borde de un enfrentamiento civil”, ha dicho este domingo, Josep Borrell en una entrevista televisiva en el canal La Sexta, para llamar al diálogo con el nuevo Gobierno, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a las fuerzas independentistas de Cataluña, en el noreste del país.
Ayudaría a ese diálogo, según el ministro, que el exvicepresidente de la Generalitat (el gobierno autonómico) Oriol Junqueras —en “prisión preventiva” desde hace 7 meses por el intento de secesión de octubre pasado— “estuviera en condiciones de participar en el debate político”.
Sin embargo, Borrell ha exigido a los dirigentes independentistas, que siguen ostentando el poder a nivel regional, que acepten dialogar con Madrid “dentro de los marcos de la Constitución y del respeto a la legalidad”, aunque más adelante ha reconocido la gran desafección existente en Cataluña a la Constitución española y a la misma permanencia dentro de España.
En este sentido, Borrell ha alertado de que la integridad territorial española “hoy desgraciadamente está puesta en cuestión de una forma mucho más grave de lo que el conjunto de los españoles perciben, porque no es el resultado de una invasión extranjera o un conflicto bélico, sino del desafecto de una parte de la población (…) importante”.
Se suma a ese riesgo, a juicio del político catalán, que los dirigentes separatistas busquen “conseguir que la situación sea parecida a la de Kosovo y obligar a la comunidad internacional a intervenir”, considerando que “Cataluña es una colonia militarmente ocupada desde que perdió la guerra con España en 1714”, lo que ha calificado de “curiosa interpretación de la historia”.
Estamos en una sociedad profundamente tensionada, estamos al borde de un enfrentamiento civil”, advierte el nuevo ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
En este contexto, Borrell se ha pronunciado a favor de la reforma constitucional propuesta por el nuevo Ejecutivo, para hacer “que algunos de los artículos que fueron declarados inconstitucionales (en 2010 por el Tribunal Constitucional) no lo fueran”, aunque ha advertido de que sería un proceso largo en que deberían participar “los partidos que entiendan que este es un momento grave de la historia de España”.
El ministro ha dicho haber aceptado sumarse al gabinete presidido por Pedro Sánchez tras haber constatado “en todas partes”, recorriendo universidades occidentales durante años, “cómo el prestigio de España había caído” a consecuencia según él de una “propaganda insistente” según la cual el régimen español actual es “el franquismo revivido”, “donde los jueces los nombra el Gobierno”.
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