“El Reino Unido merece un nuevo comienzo”, con estas palabras el líder de la oposición británica, el laborista Keir Starmer, instó a sus rivales conservadores a pactar unas elecciones generales anticipadas, para así poner fin a la inestabilidad política provocada en el país, por el rosario de escándalos de corrupción, abusos sexuales y comportamientos ilegales que terminaron forzando la dimisión del primer ministro Boris Johnson.
El líder del Partido Laborista denunció la decisión de Johnson de permanecer al frente de un gabinete en funciones hasta que el Partido Conservador elija a un nuevo líder y amenazó con lanzar una moción de censura en el Parlamento para desalojarlo de Downing Street inmediatamente.
Johnson, que asumió en 2019, decidió dar un paso al costado como líder conservador, y por ende, como premier, jaqueado por una ola de renuncias en su Gobierno a raíz de una larga serie de escándalos éticos que lo tuvo como protagonista.
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