“Hemos sufrido una contundente derrota y asumo mi responsabilidad por ello”, ha declarado Corbyn en una carta abierta publicada este domingo por los medios británicos, entonando así el mea culpa por la derrota sufrida por su formación en las elecciones del jueves en el Reino Unido, en las que obtuvo su peor resultado desde los años 30, y donde las propuestas de su partido quedaron sepultadas por el gran protagonista de la campaña: el proceso de salida de la Unión Europea (UE), más conocido como Brexit.
De hecho, tras obtener tan solo 203 escaños, la cifra más baja desde 1935, Corbyn anunció ese mismo jueves su decisión de dimitir el próximo año, después de que se abra “un período de reflexión” y se convoque un congreso para elegir a la persona que le sucederá, entre enormes críticas desde sus propias filas.
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En su misiva, el todavía líder laborista ha señalado que su aspiración era gobernar para unir al país, pero ha lamentado el haberse quedado corto en sus proyecciones.
En este sentido, ha aclarado que las políticas de su programa electoral fueron recibidas de forma positiva y contribuyeron a establecer “los términos del debate” durante la campaña electoral, que finalmente demostró que el Brexit era una cuestión fundamental para la mayoría de los electores británicos.
Corbyn se ha mostrado dispuesto, de igual modo, a recuperar la confianza de los votantes laboristas que en los tradicionales bastiones de la formación, como son el norte de Inglaterra y la región de Gales, les dieron la espalda en favor de la formación conservadora del premier británico, Boris Johnson, debido al deseo de ver materializada la salida del bloque europeo.
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Asimismo, el líder laborista ha recalcado que se enorgullece de haberse negado a unirse a los conservadores en su campaña de divisiones e incertidumbre, que, con su triunfo, encaminan ahora al país a un futuro impredecible.
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En otra parte de su escrito, ha denunciado una campaña feroz de desprestigio y miedo contra su partido al subrayar que los referidos comicios estuvieron marcados por falsas promesas de los conservadores que, a su juicio, pronto quedarán al descubierto.
Ante la holgada mayoría del Partido Conservador, que consiguió 365 escaños, los laboristas se ven obligados ahora a repensar su estrategia como primer partido de la oposición y elegir a un nuevo dirigente que pueda unir a las diferentes facciones de la formación, ampliamente divididas acerca de su ambigua postura sobre el Brexit.
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