“Les voy a decir directamente la verdad: nuestros días más oscuros en la batalla contra la Covid-19 están por llegar y no los hemos dejado atrás. Por muy frustrante que sea escucharlo, vamos a necesitar paciencia, persistencia y determinación para derrotar a este virus”, indicó el martes Biden en una rueda de prensa en Wilmington, en el estado Delaware.
El demócrata, quien se vacunó el lunes con el suero de Pfizer, enfatizó que el país estadounidense va a perder decenas de miles de vidas en los próximos meses y la vacuna no va a ser capaz de detenerlo.
El Ministerio de Salud del Reino Unido advirtió el domingo que la nueva cepa mutada del coronavirus está fuera de control y la situación causada por esta nueva variante del virus es increíblemente difícil.
Conforme a esta noticia, el principal epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, declaró el martes que “se debe asumir que la nueva cepa más contagiosa del coronavirus está en Estados Unidos”, ya que no sería una sorpresa que con la expansión que ha tenido en el Reino Unido haya superado sus fronteras.
EE.UU. reportó su primer caso del nuevo coronavirus el 21 de enero. Desde entonces, el número de contagios crece de forma acelerada. De acuerdo con los últimos datos proporcionados por el portal Worldometer, en todo el territorio estadounidense se registraron 18 729 756 casos de contagios por COVID-19 y 331 518 decesos, una cifra que coloca a este país en el primer lugar de la lista de número de contagios.
De hecho, las cifras sobre la COVID-19 han pasado factura al presidente saliente del país, Donald Trump, quien ha sido objeto de críticas por minimizar los efectos de la enfermedad mortal y preferir los negocios a la salud de los estadounidenses.
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