Así lo advirtió el jueves Ashish Jha, el director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Harvard, elogiando a algunos países por contrarrestar el nuevo virus, conocido como COVID-19, de manera “agresiva” y denunció a otros Estados por no considerarlo como una crisis.
En este sentido, Jha lamentó la ausencia de medidas fructíferas para hacer frente al nuevo virus en suelo estadounidense y tildó de “asombrosas”, “fiasco” y “alucinantes” las medidas de EE.UU.
“Todavía no entiendo por qué no tenemos pruebas masivas. ¡Vietnam! Vietnam ha examinado a más personas que Estados Unidos”, dijo.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCPEEU) comenzaron a examinar a los viajeros extranjeros a mediados de enero. Pero los kits de prueba desarrollados por los CCPEEU eran defectuosos. Recien esta semana las pruebas a gran escala han comenzado a estar disponibles en EE.UU.
Jha creyó que el retraso de una semana en la implementación de las pruebas —en un momento en el que muchos tests fueron realizados en todo el mundo— ha obstaculizado por completo la respuesta de EE.UU. a esta crisis.
El director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU., Anthony Stephen Fauci, advirtió el jueves que la crisis del nuevo coronavirus “se va a poner peor” en el país norteamericano.
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Además de los militares, los políticos estadounidenses también han contraído el coronavirus, y algunos están en cuartentena, por ejemplo: el congresista Mark Meadows, nombrado nuevo jefe del gabinete de la Casa Blanca; Doug Collins, que participó el viernes en un acto con el presidente de EE.UU., Donald Trump, en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC); y Matt Gaetz, que el 2 de marzo voló junto al mandatario en el Air Force One. El senador republicano Ted Cruz es otro de los líderes ahora en cuarentena tras asistir a la conferencia conservadora.
Según los últimos informes, más de 1600 personas están afectadas y otras 41 han fallecido por el virus en EE.UU. De esta cifra, la mayoría de los casos se registraron en el estado de Washington.
No obstante, el inquilino de la Casa Blanca dejó el miércoles de minimizar la amenaza del nuevo virus e indicó medidas contra la expansión del COVID-19 en un discurso que en lugar de tranquilizar creó confusión y generó dudas.
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