Este viernes, durante una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), EE.UU., aliado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de Turquía, acusó a Rusia y Siria de haber violado el acuerdo de paz de Astaná al atacar a soldados turcos. Dijo que Ankara tiene derecho de defenderse.
Por su parte, Turquía dijo que no quiere la guerra, pero si su seguridad está amenazada no dudará en usar la fuerza.
Sin embargo, Siria aseguró que los soldados atacados estaban mucho más allá de los límites acordados en el pacto. Así culpó a Ankara de haber violado el acuerdo de desescalada.
El representante permanente sirio ante la ONU, Bashar al-Yafari, acusó a Turquía de querer restaurar el antiguo Imperio otomano con actos expansionistas en el territorio sirio y con su apoyo a los terroristas. Por su parte, Rusia defendió a Siria resaltando el derecho que tiene ese país en responder a los ataques terroristas en su suelo.
En esta tensa situación, que ha causado la muerte de 33 soldados turcos, la ONU ha pedido a los líderes de Rusia y Turquía volver a establecer una nueva tregua para no dejar que la escalada de tensiones termine en una guerra total.
Hecho que según el canciller ruso, Serguéi Lavrov, fue planteado en la conversación telefónica entre los presidentes de Rusia y Turquía, Vladimir Putin, y Recep Tayyip Erdogan, respectivamente, pero que se ha destacado desde Kremlin la necesidad de que las tropas turca observen la ubicación acordada.
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