Mientras el precio del crudo se dispara, el mandatario estadounidense dijo el domingo que Washington está preparado para responder militarmente a los ataques lanzados contra las instalaciones de la compañía petrolera saudí Aramco.
Tras afirmar que la Casa Blanca cree conocer al culpable de los ataques, precisó que Washington está en espera de “la verificación” y de conocer la versión de Arabia Saudí para determinar cómo proceder.
El Ejército yemení, respaldado por el movimiento popular Ansarolá, confirmó haber atacado el sábado con 10 aviones no tripulados (drones) dos instalaciones vitales en Abaqaiq y Jurais de la compañía petrolera saudí Aramco, en el este del reino árabe, en represalia por las ofensivas de Riad y sus aliados en contra de Yemen.
No obstante, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, acusó, sin ofrecer prueba alguna, a Irán de estar involucrado en dichos ataques; acusaciones rechazadas tajantemente por la República Islámica.
El régimen de los Al Saud ha reconocido que la certera ofensiva yemení redujo drásticamente su producción del petróleo, precisando que los ataques interrumpieron la producción de 5,7 millones de barriles de petróleo saudí, una cifra que equivale a casi el 50 % de la producción total de la petrolera Aramco.
En consecuencia, los precios del crudo se han disparado. Un artículo de la revista estadounidense Forbes advierte que, por la creciente escasez de petróleo en los mercados mundiales, el precio del crudo podría subir hasta los 100 dólares por barril.
Ante tal escenario, Trump ha dicho que autorizaría el uso de las reservas de petróleo de emergencia de Estados Unidos si es necesario.
Los ataques yemeníes contra Arabia Saudí se producen en respuesta a las agresiones de Riad y sus aliados contra el país más pobre del mundo árabe, que han dejado más de 91 000 muertos entre la población autóctona, la mayoría niños y mujeres.
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