Los manifestantes se reunieron el domingo en un parque en el pueblo de Stonewall, en Mississippi, para recordar a un hombre negro desarmado, Jonathan Sanders, quien fue asesinado a principios de este mes por un policía blanco.
¡No hay justicia, no hay paz!", gritaban los manifestantes.
“¡No hay justicia, no hay paz!”, gritaban los participantes y amenazaban con boicotear los negocios locales para mostrar su frustración por la falta de acción de las autoridades.
Los manifestantes también pidieron justicia por ese caso durante su marcha que realizaron a una milla del Departamento de Policía de Stonewall.
Jonathan Sanders, de 39 años de edad, era un entrenador de caballos que murió el 8 de julio tras enfrentamientos con el oficial de 25 años de edad, Kevin Harrington.
Testigos dijeron a los investigadores estatales de Mississippi que Sanders murió después de haber sido ahorcado por un policía durante más de 20 minutos y después le negó los primeros auxilios, según afirmó el abogado de su familia, quien dijo que la autopsia confirmó que fue fatalmente estrangulado.
Inicialmente los médicos forenses habían indicado que la muerte de Sanders fue un homicidio por asfixia manual, de acuerdo con el abogado Lawrence.
Una audiencia del gran jurado está programada para el 31 de agosto y Harrington está de licencia por el momento.
EE.UU. se ha convertido en el centro de las protestas antirracistas durante los últimos años por el uso discriminatorio de la fuerza policial contra ciudadanos afroamericanos en todo el país que ha resultado en varios muertos.
Michael Brown en Ferguson (9 de agosto de 2014), Eric Garner en Nueva York (17 de julio de 2014), Dontre Hamilton en Milwaukee (30 de abril de 2014), Freddie Gray (19 de abril de 2015), son algunos de los afroamericanos que han perdido la vida por la violencia policial y el racismo de las fuerzas de seguridad contra las minorías.
Diferentes entidades internacionales, sobre todo la Organización de las Naciones Unidas (ONU), han instado en reiteradas ocasiones a las autoridades norteamericanas a no recurrir a la fuerza policial excesiva en las protestas.
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