Poco a poco y sin difundir realmente la información al respecto, la Administración de Donald Trump le resta beneficios y derechos a los ciudadanos estadounidenses.
Bajo la directiva de Trump y su entorno, el gravamen, así como la relocalización de fondos federales son incentivos para el acaudalado, banquero y prestamista. Y lo más contradictorio: éstos no necesariamente son ciudadanos estadounidenses.
El desmantelamiento de las instituciones sociales, el sector de la salud, la educación y las escandalosas contribuciones corporativas a las campañas electorales no son nada nuevo en la política estadounidense. Sin embargo, según activistas, la Administración de Donald Trump representa el clímax de dichas circunstancias.
Según el Centro de Políticas Fiscales, gracias a Trump, para 2027, el 1 % más pudiente tendría casi 80 % de beneficios impositivos. Es más, según la lógica de Trump, el pobre, tiene que sustentar al rico en base a pagos porcentuales.
Marcelo Sánchez, Miami.
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