“El presidente (Trump) ha dejado muy claro de que este acto de provocación es algo que no se tolerará”, declaró el miércoles el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
Durante su conferencia de prensa diaria, el vocero estadounidense dijo que el jefe de Estado fue informado que los barcos iraníes navegaban muy cerca de un buque de Estados Unidos en el Golfo Pérsico.
El presidente (Trump) ha dejado muy claro de que este acto de provocación es algo que no se tolerará”, señaló el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, sobre el reciente “incidente” en el Golfo Pérsico.
Spicer repitió el informe del Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono) sobre los hechos, diciendo que las embarcaciones iraníes se aproximaron la semana pasada peligrosamente a los “buques de vigilancia” de la Marina estadounidense que se encontraban en el estrecho de Ormuz.
Además, recontó la versión del Pentágono, calificando las acciones de las lanchas rápidas de la Fuerza Naval del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI) al acercarse a unos 550 metros al estadounidense USNS Invencible como “inseguras y poco profesional”.
En respuesta a las acusaciones de Washington, un alto rango del CGRI, Mehdi Hashemi, manifestó el miércoles que la presencia de los países extrarregionales en el Golfo Pérsico y sus actos provocadores podrían tener consecuencias irreparables.
“La presencia de buques estadounidenses y británicos en el Golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz causa temor y amenaza la seguridad de esa zona estratégica”, alertó Hashemi.
No se trata del primer incidente de este tipo en el estrecho de Ormuz, vía por donde pasa más del 20 % del petróleo del mundo, lo que la convierte en una zona de gran importancia estratégica.
El julio de 2016, barcos de patrulla del CGRI se acercaron al buque de asalto anfibio USS New Orlens (LPD-18) y al destructor USS Stout (DDG-55), medida que provocó alarma entre los tripulantes de las naves estadounidenses.
Sin embargo, la República Islámica de Irán asevera que la presencia de fuerzas estadounidenses en el Golfo Pérsico no tiene justificación en el derecho internacional y es contraria a la voluntad de las naciones de la región.
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