Cansados de lo que fue descrito como acoso y abuso social por parte de la migra, grupos comunitarios proinmigrantes levantaron una demanda en 1997 en contra del Gobierno de Estados Unidos para exigir que se respetaran los derechos de los más débiles.
Estamos hablando del Tratado Flores, el cual determina que se deben de ofrecer condiciones dignas para quienes están en centros de detención, y dicho acuerdo toma fuerza en el 2014 cuando se manifiesta la ola de menores que viajan solos desde Centro y Sudamérica para reunirse con sus padres. Sin embargo, la Corte del Noveno Circuito ha dicho que estas medidas no se están cumpliendo.
El Tratado Flores también dicta que no se debe de retener a los menores y al parecer, aunque la Corte del Noveno Circuito ha emitido orden de respetar el acuerdo, según los activistas, el Departamento de Migración se opone argumentando que esta ley fue para los casos de 1997.
Los activistas que el día de hoy luchan por los logros obtenidos en el pasado, no quieren ver que el futuro represente más abusos, sobre todo ante lo que describen como “El circo electoral de 2016”.
El Tratado Flores no tiene fecha de expiración por lo que, según los activistas, se confirma que “la cuerda siempre se rompe en su punto más débil”.
Víctor Cordero, Los Ángeles.
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