Así lo anunció el jueves el comandante de la División Aeroespacial del CGRI, el general de brigada Amir Ali Hayizade, durante la ceremonia de presentación de los nuevos restos, sacados del agua, del dron espía agresor de Estados Unidos, derribado el 20 de junio dentro del territorio de Irán tras haber violado el espacio aéreo nacional.
“Los estadounidenses recibieron una pequeña bofetada en la guerra electrónica durante el ataque a Al-Asad”, subrayó el militar de alto rango iraní.
Al respecto, aseguró que “hay mucho que decir” sobre esta operación señalando que en un futuro cercano se ofrecerá más detalles al pueblo.
El general Hayizade, también, puso en entredicho los anuncios de EE.UU. sobre los daños mortales que sufrieron sus fuerzas desplegadas en dicha base aérea: “Es posible que los medios informen en un plazo de tiempo que unos militares estadounidenses han sufrido muerte cerebral”, agregó.
El 8 de enero, Irán llevó a cabo un ataque con misiles contra la base de Ain Al-Asad en Irak, en respuesta a la operación selectiva de Washington, ordenada por el presidente del país norteamericano, Donald Trump, que causó el martirio del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes, el teniente general Qasem Soleimani, y sus compañeros en Bagdad, capital iraquí.
EE.UU. ya había puesto en alerta máxima sus sistemas de defensa antiaéreas, aun así, no logró interceptar ni derribar ninguno de los misiles iraníes.
Al respecto, el general de brigada Hosein Dehqan, asesor en asuntos de la Industria de la Defensa del Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, declaró el jueves que este ataque “rompió el prestigio político y militar de EE.UU.” en la escena internacional ya que después de la Segunda Guerra Mundial no hay nadie que hubiera atacado directamente el poder militar de este país y aceptado la responsabilidad de su acción como un punto de partida para una guerra formal.
“Dicha operación precisa de misiles hizo desaparecer esta percepción que los sistemas estadounidenses son invencibles. Su incapacidad para responder al ataque se debió al pánico abrumador de los políticos estadounidenses, y por otro lado, la aceptación del poder de la República Islámica”, adujo.
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