El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de división Mohamad Hosein Baqeri, ha condenado hoy jueves el atentado suicida contra un autobús de los miembros del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) en la provincia suroriental iraní de Sistán y Baluchistán que dejó la víspera 27 personas muertas y otras 13 heridas.
“Este crimen brutal dejó patente una vez más la profunda hostilidad y la ira del imperialismo, el sionismo y de los patrocinadores del terrorismo takfirí hacia el sistema islámico de Irán y su nación revolucionaria” que hizo historia con su masiva participación en la marcha del 11 de febrero por el 40.º aniversario de la Revolución Islámica, se lee en un comunicado emitido por el general Baqeri.
De acuerdo al texto, estos crímenes, reforzarán, sin duda, la determinación de las Fuerzas Armadas de Irán en proteger las fronteras del país y en vengarse de los “patrocinadores del terrorismo y de sus mercenarios” en la región del Oriente Medio.
Este crimen brutal dejó patente una vez más la profunda hostilidad y la ira del imperialismo, el sionismo y de los patrocinadores del terrorismo takfirí hacia el sistema islámico de Irán y su nación revolucionaria”, reza un comunicado del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de división Mohamad Hosein Baqeri.
El alto mando militar persa ha clamado, además, la responsabilidad del Gobierno y el Ejército paquistaníes para reforzar las medidas de seguridad en las fronteras comunes y evitar que “los terroristas, apoyados y dirigidos por organizaciones de espionaje” extranjeras actúen allí libremente.
De lo contrario, ha agregado Baqeri, las Fuerzas Armadas de Irán actuarán conforme a las normas internacionales, castigando a los terroristas y a todo quien intente socavar la seguridad del país persa.
El ataque, reivindicado por el grupúsculo terrorista Yeish al-Adl, fue duramente condenado por las autoridades iraníes. El Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, aseguró que era “obvia la vinculación de los autores de este crimen con las organizaciones de espionaje de algunos países de la región y de fuera (de la región)”.
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