“Me preocupan profundamente las alarmantes noticias procedentes de Yemen, acerca de los nuevos daños y la destrucción que ha sufrido su singular patrimonio cultural, en particular la gran represa de Marib, uno de los sitios más importantes del patrimonio cultural yemení y de la península arábiga, y testimonio de la historia y los valores compartidos por la humanidad”, afirmó la directora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), citado el jueves por la agencia de noticias Nouvelle-gazette.
Me preocupan profundamente las alarmantes noticias procedentes de Yemen, acerca de los nuevos daños y la destrucción que ha sufrido su singular patrimonio cultural, en particular la gran represa de Marib, uno de los sitios más importantes del patrimonio cultural yemení y de la península arábiga", ha indicado la directora de la Unesco.
Bokova instó además a todas las partes en el conflicto “a abstenerse de atacar los sitios y monumentos del patrimonio cultural”.
Esta condena se produce días después de que una parte de la gran represa de Marib se vio dañada como consecuencia de un ataque aéreo saudí, el domino pasado.

De acuerdo con la información recibida, las antiguas inscripciones en los muros de la represa pueden haber resultado también afectadas por el bombardeo.
Los hechos se han producido solo una semana después de que el Museo Nacional de Dhamar, sita en el sur de Saná, capital de Yemen, fuera destruido por completo. El Museo albergaba unas 12.500 piezas que daban testimonio del rico patrimonio cultural de la región.
Muchos otros sitios históricos han sufrido daños colaterales a causa de la ofensiva saudí, como las antiguas ciudades de Saná y Zabid, inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial, así como el centro histórico de Saada, Al-Mukala y Taiz.

Con una extensión de 98 hectáreas, la capital sabea de Marib fue en la antigüedad la ciudad más grande de Arabia del Sur, y está considerada uno de los sitios históricos más significativos de la península arábiga.
Desde el pasado 26 de marzo, Arabia Saudí lanzó una ofensiva militar contra Yemen, sin el aval de las Naciones Unidas, pero con el visto bueno de Washington, en un intento por eliminar del escenario político al movimiento popular Ansarolá y restaurar en el poder al fugitivo expresidente Abdu Rabu Mansur Hadi, un cercado aliado de Riad.
Esta agresión se ha cobrado hasta el momento la vida de más de 3979 personas, entre ellas centenares de menores y mujeres, mientras ha dejado a otras 6887 heridas.
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