Detrás de las barras, más de 4 mil miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) esperan ansiosamente la aprobación de una ley de amnistía que les libere de largas penas de prisión. Aunque ven su futuro, incierto.
A pesar de esta situación, los rebeldes aseguran estar listos para obedecer cualquier tarea ordenada por sus comandantes únicos, y así ayudar a las FARC, a hacer su transición a un movimiento político.
Los guerrilleros a pesar de su deseo de ser libres, una de sus grandes preocupaciones es lo que les pueda ocurrir en el exterior. Este año más de 70 activistas de izquierda, muchos de ellos de áreas rurales donde las FARC dominan, han sido asesinados por asaltantes desconocidos.
La Ley de Amnistía es la primera iniciativa legislativa que surgió del acuerdo entre las FARC y el Gobierno colombiano, el mes pasado, tras medio siglo de guerra que ha dejado más de 220.000 muertos y casi 6 millones desplazados. Se estima que el Congreso dé el visto bueno a la iniciativa entre el 26 y 28 de diciembre próximo.
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