• La luz emilitada por una lámpara LED.
Publicada: martes, 3 de marzo de 2020 17:38
Actualizada: martes, 3 de marzo de 2020 19:32

Un grupo de científicos descubre un método para realizar viajes interestelares a velocidades cercanas a la de la luz, sin necesidad de motores ni propulsores.

Esto es posible, al menos en teoría, en caso de que una nave espacial aprovechara la enorme cantidad de energía liberada como resultado de la explosión de una estrella, según resalta un estudio recientemente publicado por investigadores de la Universidad de Harvard (EE.UU.).

Para ello se necesitaría una vela solar o magnética, la cual aprovecharía la energía de la supernova de manera similar a como un velero utiliza la fuerza del viento. Se trata de un modelo de propulsión basado en el uso de la radiación solar para generar presión sobre un material altamente reflexivo y, de esta manera, crear una fuerza de empuje sin necesidad de combustibles.

Energía de 1000 millones de soles

A su vez, para alcanzar velocidades aún mayores de las que permite la radiación solar, otra de las posibilidades sería acelerar la nave espacial mediante energía dirigida, es decir, apuntando a la vela con un rayo láser.

Una vela cuyo peso sea inferior a medio gramo por metro cuadrado sería suficiente para que la nave pudiera alcanzar velocidades relativistas —aquellas que constituyen una fracción de la velocidad de la luz—, señalan los investigadores.

 

La energía liberada por una supernova es 1000 millones de veces superior a la que emite el Sol en el transcurso de un mes. Así, el viento solar solamente es capaz de acelerar una vela solar hasta una milésima de la velocidad a la que viaja la luz, mientras que con una explosión estelar llegaría a una décima de la velocidad de la luz.

Virtualmente posible

Sin embargo, para efectuar este tipo de viajes sería necesario resolver una serie de dificultades. Por ejemplo, evitar los elevados niveles de fricción con las corrientes de gas generadas por las estrellas masivas que podrían destruir la nave. Para ello, sería necesario abrir la vela en el momento de la explosión y luego plegarla para evitar la fricción con el ambiente gaseoso.

Además, la vela solar debería estar hecha de un material lo suficientemente reflexivo como para no absorber demasiada energía e incendiarse en consecuencia. Asimismo, sería necesario conocer con exactitud el momento en el que explosione la estrella y posicionar oportunamente la nave para aprovechar la supernova.

Por último, también sería indispensable calcular la trayectoria que realice la nave una vez que sea propulsada para evitar posibles colisiones con partículas espaciales sólidas.

No obstante, en palabras de los científicos, todas estas cuestiones pueden ser resueltas en teoría.

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