Lula anuncia que retirará al núcleo duro de los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, del palacio presidencial. Mientras, desde Human Rights Watch (HRW), exigen investigar el papel del exmandatario en los ataques a las sedes de los tres poderes del estado.
Días después de los ataques contra los símbolos de la democracia en Brasil, las autoridades avanzan en las investigaciones contra los autores de los asaltos. Casi 2 mil personas fueron detenidas después de las manifestaciones del pasado domingo. Y de esta cifra, unos mil 200 permanecen detenidos. El Gobierno busca determinar quién organizó y financió las acciones. Mira, además, si hubo fallas internas por parte de los responsables de resguardar las sedes de los poderes públicos. El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, apuntó, este jueves, a los militares por su papel durante este intento del golpe de estado.
El mandatario desconfía de muchos de los militares que Jair Bolsonaro dejó destacados en todo tipo de tareas en el Palacio de Planalto. Y anunció que su ejecutivo quiere hacer un exhaustivo proceso de selección para deshacerse de los que pertenezcan a ese núcleo duro del bolsonarismo.
Desde HRW, sostienen que una de las líneas de investigación debe ser el papel de Bolsonaro de sentar las bases de los asaltos a las instituciones públicas.
El mandatario sigue en Florida, Estados Unidos, a donde viajó el 31 de diciembre. Ahí, más de 40 congresistas demócratas han pedido al Gobierno revocar el visado al expresidente para que no pueda escapar de la justicia, por cualquier delito que pueda haber cometido durante los asaltos en Brasilia.
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