Flavio Bolsonaro, hijo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha admitido este miércoles que su exasesor Fabricio Queiroz, detenido a mediados de junio por presunta corrupción, había pagado en varias ocasiones sus facturas, si bien ha insistido en que ello no implica que, de por medio, hubiese algún tipo de “corruptela”, como cree la Fiscalía.
“Puede ser que, por ventura, yo haya mandado a Queiroz a pagar alguna cuenta mía; tomo mi dinero, se lo doy, él va al banco y lo paga”, ha afirmado Flavio, además de señalar que “querer vincular eso a una especie de esquema es como criminalizar a cualquier secretario que paga en nombre de su jefe en el banco”.
La Fiscalía General de Brasil investiga al hijo del mandatario del país sudamericano por presunta manipulación irregular de dinero durante el período que se desempeñó como diputado en la Asamblea, en el estado de Río de Janeiro, en el sureste de Brasil.
Conforme se desprende de los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por el ente judicial, Queiroz era el responsable de recaudar sumas de dinero de los salarios del resto de miembros del equipo asesor de Bolsonaro, cantidades que luego eran destinadas a intereses particulares.
No obstante, el hijo de Bolsonaro ha rechazado las acusaciones de la Fiscalía y ha aseverado que “es desproporcionado lo que la Fiscalía quiere hacer conmigo y la proyección que eso tiene en la prensa por el simple hecho de yo ser hijo del presidente”.
Queiroz fue detenido el 18 de junio en Atibaia (estado de Sao Paulo), en la residencia del abogado Frederick Wasseff, que representa al hijo del mandatario, por desvío de dinero público.
La Fiscalía está intentando aclarar si cuando Flavio Bolsonaro era diputado, este contrataba a amigos o familiares como asesores para después exigirles que depositaran en sus respectivas cuentas parte de sus salarios, práctica conocida en Brasil como rachadinha.
De probarse tal conducta delictiva, el vástago de Bolsonaro podría ser inhabilitado como senador de Brasil.
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