Fabrício Queiroz, esposado y llevado por la Policía anticorrupción de Sao Paulo. Su orden de arresto fue emitida en Río de Janeiro, donde la Policía investiga el desvío de dinero durante la legislatura del Estado, cuando Flávio Bolsonaro, el hijo del presidente era uno de sus concejales.
Queiroz y su esposa, de momento en fuga, están acusados de lavado de casi 1,5 millón de dólares, en una causa que involucra al senador Flávio Bolsonaro. Flávio, que fue elegido senador por el estado de Río de Janeiro en 2018, es investigado por movimientos financieros atípicos en su cuenta bancaria y en la de 74 excolaboradores suyos en el Concejo de Río de Janeiro. Para el hijo del presidente, el arresto de Quieroz es otra pieza movida en el tablero para atar a su padre.
La noticia fue saludada por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien recientemente ha elevado aún más su voz para pedir la destitución de Bolsonaro.
El operativo se suma a una redada del lunes por el Supremo Tribunal Federal contra aliados del presidente acusados de financiar, participar y organizar actos para atentar contra la democracia. Son todos unos golpes para un presidente que ya está sufriendo en las encuestas debido a su reacción mundialmente condenada a la COVID-19, que hasta el momento ha matado a unos 57 mil brasileños.
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