Morales, quien fue el primer presidente indígena de Bolivia, utilizó su cuenta de Twitter para compartir el sábado un vídeo sobre su derrocamiento. En las imágenes, se ve a Luis Fernando Camacho, uno de los protagonistas de las revueltas violentas registradas en noviembre, confesando que su padre cerró el trato con militares y policías para dar un plazo de 48 horas exigiendo la renuncia del exmandatario, ahora refugiado en Argentina.
“La historia fue tan hermosa en el transcurso de todo que fue mi padre que cerró con militares para que no salgan, fue por esa razón que la persona que fue justamente a hablar con todos ellos y coordinar todo fue Fernando López, actual ministro de Defensa, y por eso está ministro para cumplir todos los compromisos”, dice en el vídeo, Camacho, expresidente del grupo de derecha Comité Cívico de Santa Cruz.
Morales señaló que esa explicación confirma que el grupo opositor “los cívicos” hablaron con militares y policías para derrocar a su Gobierno. “Fue un golpe de Estado pese a que Añez, Mesa y el propio Camacho intentan negarlo, el video es una prueba irrefutable. La justicia debe actuar contra los golpistas y genocidas”, denunció en Twitter, adjuntando el vídeo en que habla Camacho con un grupo.
Desde un principio, Morales ha señalado a Camacho y su rival electoral, el expresidente Carlos Mesa, como piezas principales de los hechos violentos que concluyeron en su renuncia forzada, el 10 de noviembre, ante la falta de apoyo de la Policía y las Fuerza Militares y para calmar la situación, ya que sus simpatizantes enfrentaban persecución y violencia por parte de grupos opositores. Al día siguiente, se instaló en el país andino un gobierno de facto, liderado por la autoproclamada presidenta boliviana Jeanine Áñez.
La primera semana de este mes salió a la luz un audio que vincula a Camacho con el pago de dinero para el control de cargos después de su eventual triunfo en las elecciones en las que se elegirá el nuevo presidente.
Luego que Morales publicara el tuit que comprometía al político cruceño, Camacho adujo que el acuerdo con las fuerzas de seguridad tenía el objetivo de evitar la represión militar. Sin embargo, luego de la renuncia del presidente Morales elegido en las urnas se contabilizan alrededor de 35 muertos, bajo el gobierno de Añéz.
Más temprano y en la misma red social, Morales afirmó que “el gobierno de facto de Áñez, Camacho y Mesa no tiene ninguna autoridad ni moral para hablar de soberanía, cuando en este momento, Bolivia está gobernada por Estados Unidos”.
Morales: La complicidad de EEUU en el golpe de Estado es evidente
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