“Hablaban de Cristina Kirchner y su renunciamiento y después de autoexclusión. El único renunciamiento fue el de Evita y tampoco hablé de autoexclusión. Acá hay proscripción […] ni renunciamiento, ni autoexclusión, proscripción”, recalcó el martes la expresidenta de Argentina (2007-2015) en la inauguración del Polideportivo Diego A. Maradona, en Avellaneda, sur de Buenos Aires (la capital).
Alertó también que la proscripción es un acto de “disciplinamiento para la dirigencia política”, que busca que nadie se vuelva a animar a reivindicar sus derechos. “Esta proscripción la empezaron a pensar ese 9 de diciembre de 2015 cuando escuchaban que cantábamos ‘volveremos’”, afirmó.
Para la líder del gobernante Frente de Todos, “hay una patente de impunidad para todo aquel que no sea peronista”, por lo que, dirigiéndose a cada militante que tiene su bastón de mariscal en la mochila, dijo: “sáquenlo, sáquenlo, sáquenlo. Y no pidan permiso a nadie para sacarlo. En todo caso, si se equivocan, pidan perdón. Pero permiso, no le pidan permiso a nadie”.
En otra parte de su discurso, la vicepresidenta puso en tela de juicio la sentencia del Poder Judicial que ordenó al Ejecutivo incrementar los fondos que recibe la ciudad de Buenos Aires en detrimento de las otras provincias.
“No estamos ante un hecho antijurídico, estamos ante un hecho ajurídico: es como si hubiera desaparecido el Estado de derecho, como si hubiera desaparecido el derecho”, acusó Fernández en relación al fallo de la Justicia.
Necesitamos que vuelva a haber un árbitro en serio del Poder Judicial en la Argentina, que aplique el derecho y que tenga la garantía para todos los ciudadanos de que todos son iguales ante la ley. pic.twitter.com/PshyOXS7F9
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) December 28, 2022
La también presidenta del Senado argentino hizo estas declaraciones en su primera presentación en público, desde que una corte la condenara a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, en un juicio por corrupción durante su mandato. No obstante, el fallo no supone que la vicepresidenta entre inmediatamente a la cárcel, ya que primero debe ser ratificado por la Cámara de Casación y la Corte Suprema, lo que podría tardar años.
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