• Militares de EE.UU. y la OTAN desplegados en Afganistán, en una base en la provincia de Harat, 2 de febrero de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: lunes, 22 de abril de 2019 8:15
Actualizada: lunes, 22 de abril de 2019 14:40

Al menos ocho civiles, mujeres y niños incluidos, han muerto en operaciones nocturnas de las fuerzas militares de EE.UU. en el este de Afganistán.

Los medios locales informaron el domingo de nuevos ataques aéreos de los soldados estadounidenses contra una zona residencial en el distrito de Nerj, en la provincia oriental de Maidan Wardak.

En el bombardeo nocturno, además de los ocho civiles ya citados, resultó muerto un clérigo y hubo dos heridos. Dos viviendas quedaron totalmente destruidas.

Hace dos días, un ataque de artillería de los militares norteamericanos provocó muertos y heridos entre los civiles en el distrito Joguiani, en la provincia de Nangarhar, en el este del país asiático.

EE.UU. multiplica sus ataques en Afganistán justo cuando se están desarrollando, aunque sin ningún logro, diálogos de paz entre Washington y Talibán. El grupo armado exige, de hecho, la salida de las tropas estadounidenses de territorio afgano. Tropas que Irán, en una medida recíproca, ha incluido en su lista de grupos terroristas, pues como tales actúan.

 

La masacre de civiles por parte de EE.UU. empieza a ser la norma en Afganistán. En los últimos meses el número de muertos civiles en operaciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha crecido al punto de provocar las críticas del Senado y el Parlamento afganos.

Talibán anunció el viernes el comienzo de su “ofensiva de primavera” para acabar con lo que califica de “ocupación” e “invasión” de EE.UU. a Afganistán. El secretario de Estado del país norteamericano, Mike Pompeo, en una conversación telefónica con el presidente afgano, Mohamad Ashraf Ghani, condenó el domingo la medida de los insurgentes.

La OTAN, liderada por EE.UU., invadió Afganistán en 2001 so pretexto de derrocar a Talibán. La intervención militar, no obstante, solo agravó la situación y allanó el camino para el surgimiento del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en el país asiático, una vez expulsado de Irak y Siria.

De hecho, la banda extremista atacó el sábado el Ministerio de Comunicaciones de Afganistán en Kabul, la capital, y 5 empleados de la mencionada Cartera y 4 militares afganos perdieron la vida.

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