Los Estados Unidos buscan usar sus artimañas para desestabilizar la situación en Siria, ha denunciado este sábado el presidente del Comité de Defensa y Seguridad del Consejo de la Federación del Senado ruso, Víctor Bóndarev, en una entrevista con la agencia local Sputnik, publicada este sábado.
Es evidente que la Casa Blanca no dejará a Siria en paz y, en secreto, trata de ayudar a la desestabilización del país árabe, añade.
No obstante, Bóndarev se ha mostrado confiado en que el presidente de Siria, Bashar al-Asad, será capaz de abortar las medidas de EE.UU., y de este modo, impedir que Siria se suma en el caos.
Tras afirmar que las autoridades sirias podrán contar con el apoyo ruso, el senador expuso que Moscú mantendrá abierta a tal efecto la base aérea Hmeimim y que ampliarán el puerto en Tartus, convirtiéndolo en una base naval de pleno derecho.
Este sábado, el Centro ruso para la Reconciliación de las partes del conflicto en Siria ha informado de que la coalición anti-EIIL está entrenando militarmente a un “nuevo ejército” en un campamento de refugiados en la provincia nororiental de Al-Hasaka.
Los combatientes, una vez instruidos, se desplegarán en el sur del territorio sirio y allí lucharán contra las fuerzas sirias, según reporta el citado Centro.
Durante su visita a Siria el 11 de diciembre, el presidente ruso, Vladimir Putin, constató que las autoridades sirias y rusas lograron infligir la derrota definitiva a la banda terrorista EIIL (Daesh, en árabe), algo de lo que no puede presumir EE.UU., según los rusos.
Rusia inició su campaña antiterrorista en Siria a petición del propio Al-Asad, a diferencia de EE.UU. y sus aliados que nunca recibieron tal permiso por parte de Damasco.
Ahora que la presencia terrorista llega a su fin, Moscú muestra su preocupación por la negativa de EE.UU. a retirar sus tropas de Siria, y hay quienes creen que Washington conservará sus efectivos en suelo sirio para intentar influir en el escenario posconflicto en el país árabe.
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