• Efectivos de las fuerzas de EE.UU. en Siria.
Publicada: martes, 12 de diciembre de 2017 9:36
Actualizada: martes, 12 de diciembre de 2017 20:54

EE.UU. conservará sus efectivos en suelo sirio, tras la retirada de las tropas rusas, ‎para intentar influir en el escenario posconflicto en el país árabe.‎

“Estados Unidos quiere estar en la mesa de las negociaciones sobre los acuerdos posconflicto sirios y por eso mantiene a los asesores, aliados y terroristas activos en la región para asegurar la legitimidad de su presencia”, declaró el director ejecutivo del Consejo estadounidense para el Interés Nacional, Philip Giraldi, y exempleado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), en una entrevista con la agencia rusa de noticias Sputnik publicada este martes.

Tras advertir también de que Washington continuará fantaseando con que puede sacar del poder al presidente sirio, Bashar al-Asad, Giraldi aseguró que Moscú probablemente tenga en mente un escenario más real del que los estadounidenses diseñan para Siria.

Estados Unidos quiere estar en la mesa de las negociaciones sobre los acuerdos posconflicto sirios y por eso mantiene a los asesores, aliados y terroristas activos en la región para asegurar la legitimidad de su presencia” dice el director ejecutivo del Consejo estadounidense para el Interés Nacional, Philip Giraldi.

 

De acuerdo con sus palabras, el presidente ruso, Vladimir Putin, parte de que el Ejército sirio puede controlar los acontecimientos a partir de ahora, pues la inteligencia rusa está mejor informada que su contraparte estadounidense.

El lunes, Putin, en una visita sorpresa a la base aérea Hmeimim, en el oeste de Siria, anunció ante los militares rusos desplegados allí que ordenaba la retirada de la mayor parte del contingente ruso.

Rusia lanzó en septiembre de 2015 una ofensiva aérea en Siria a solicitud del presidente Al-Asad para detener el avance de los grupos extremistas en el territorio sirio.

Washington, líder de una coalición internacional aliada, desplegó sus fuerzas en Siria —sin autorización del Gobierno de Damasco—, con el pretexto de luchar contra los radicales y terroristas.

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