Así lo anunció el viernes la Autoridad de Abastecimiento de Agua y Alcantarillado de Damasco (capital) en un comunicado publicado en su sitio Web, agregando que el corte del suministro de agua incluirá tanto la capital como sus suburbios.
La nota también reza que el Ministerio de Recursos Hídricos y de Administración Local han ordenado a las autoridades de la provincia de Rif Damasco y Damasco (ambas en el suroeste de Siria) que comiencen a utilizar las reservas de agua hasta que el problema se resuelva “en los próximos días”.
El manantial Al-Fija, que abastece de agua a la capital, está ubicado en el pueblo Soq Wadi Barada —al noroeste de Damasco y controlado por los rebeldes— en un terreno montañoso cerca de la frontera libanesa.
Es de mencionar que muchas de las áreas circundantes están bajo el dominio de las tropas del Gobierno sirio.
El pasado año, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) denunció la instrumentalización del suministro de agua en Siria para para presionar a la otra parte.
El atentado desesperado de los terroristas contra los recursos hídricos ocurrió unos días después de que Alepo (noroeste), la segunda ciudad más grande de Siria, fuera liberada totalmente de los grupos terroristas. La urbe fue la última gran zona urbana controlada por terroristas.
Desde hace más de un lustro, Siria vive sumida en un conflicto desencadenado por grupos armados y terroristas que intentan derrocar al Gobierno del presidente del país, Bashar al-Asad. Según una estimación de abril del enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Siria, Staffan de Mistura, el conflicto ha dejado ya unos 400.000 muertos.
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