En una entrevista concedida al canal ruso de noticias RBC, el jefe del Servicio Federal de Cooperación Militar y Técnica ruso, Dmitri Shugayev, ha advertido este lunes que los equipamientos militares que dejó Estados Unidos en Afganistán tras la retirada de sus tropas y la toma de todo el territorio por los talibanes, puede aparecer en el mercado ilegal, lo que crearía problemas para todo el mundo.
Tras subrayar la gran cantidad de armamentos y otros equipos militares abandonados en el país centroasiático, el titular ruso ha afirmado que esta medida imprudente de Washington se ha convertido en un terrible dolor de cabeza no solo para Afganistán, sino también para todo el mundo.
Aludiendo a los grupos terroristas que están reviviendo en Afganistán, Shugayev alerta que estas milicias necesitan armas para equipararse y no se puede descartar que “puedan echar mano de este arsenal, si aún no lo han hecho”, ha dicho.
De igual modo, el militar ruso ha recalcado su advertencia diciendo que estos armamentos pueden aparecer en cualquier parte del mundo. “Con toda probabilidad, nos pueden deparar sorpresas muy desagradables, [...] el equipo que Estados Unidos ha dejado atrás es mucho más serio que las pistolas”, ha sostenido.
De acuerdo con un informe publicado el 1 de septiembre por el diario británico Daily Mail, los talibanes se han hecho con el control de una fuerza aérea por valor de decenas de millones de dólares, que incluyen los equipamientos militares que habían sido abandonados por las tropas estadounidenses y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), como un helicóptero Black Hawk de 6 millones de dólares o un avión de transporte Hércules de 14 millones de dólares.
La fase final de la retirada de las fuerzas occidentales ocurrió en paralelo con la toma del poder de los talibanes en Afganistán, tras su entrada en Kabul (la capital) el pasado 15 de agosto.
Ahora, el grupo armado Talibán tiene en sus manos avanzados equipos militares estadounidenses, entre ellos 1000 vehículos blindados, helicópteros A-29 Super Tucano y MD-350, que un día pertenecían a las fuerzas afganas, y otros armamentos que dejaron las tropas extranjeras al entregar sus bases al Ejército afgano.
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