“Sin duda alguna, la postura inaceptable de las autoridades francesas, no suponen la respuesta apta y reflexiva al extremismo y violencia, que, a su vez, son condenados”, ha dicho este sábado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Said Jatibzade.
Al respecto, Jatibzade ha advertido de que los funcionarios galos están contribuyendo a la “incitación al odio” en el país europeo.
Jatibzade, de este modo, ha arremetido contra la continuación de los actos insultantes contra el Profeta del Islam, el Hazrat Mohamad (la paz sea con él) en Francia, que, en algunas ocasiones, se han realizado con el apoyo de funcionarios galos.
Según el vocero de la Cancillería de la República Islámica, “los insultos a los valores del Islam y las creencias de los musulmanes son inaceptables” y Teherán, a este respecto, comparte postura con los países islámicos, ha agregado.
El diplomático persa ha condenado, del mismo modo, los actos “inaceptables y violentos perpetrados por extremistas”, los cuales han sido derivados de una “ideología extremista y desviada del mundo islámico” de quienes son “socios políticos cercanos al Occidente y EE.UU.”.
No obstante, ha enfatizado que tales movimientos, de ninguna manera, pueden servir como “una justificación para insultar y blasfemar a la figura celestial y respetada por 1800 millones de musulmanes en el mundo”.
La semana pasada, un profesor francés enseñó a sus alumnos caricaturas del Hazrat Mohamad y luego fue asesinado por un checheno de 18 años en las inmediaciones de París (capital de Francia).
Posteriormente, las autoridades del país europeo adoptaron una serie de medidas, entre ellas, redadas y el cierre de una mezquita en París. Sin embargo, el presidente galo, Emmanuel Macron, consideró necesario promover más medidas al respecto.
La Organización para la Cooperación Islámica (OCI) emitió un comunicado, en el que condenó el incidente. Además, denunció continuos ataques y provocaciones contra el sentimiento musulmán.
En septiembre pasado, la publicación de las controvertidas caricaturas del Profeta del Islam en la revista satírica gala Charlie Hebdo, generó una gran ola de críticas entre los musulmanes de todo el mundo.
Macron se negó a condenar dicha publicación y se limitó a considerar que esa difusión blasfema estaba acorde con la libertad de expresión.
Muchos cuestionaron las afirmaciones del mandatario galo, destacando la respuesta represiva del Gobierno de Macron a las protestas de los franceses contra el racismo a nivel mundial.
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