• Presidente sirio, Bashar al-Asad, celebra junto a soldados sirios.
Publicada: viernes, 13 de marzo de 2020 1:44
Actualizada: viernes, 13 de marzo de 2020 2:10

Un exagente de la CIA indica que el presidente sirio, Bashar al-Asad, ganó la guerra en Siria, donde EE.UU. ha sufrido un gran fracaso estratégico.

El ex director adjunto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. John McLaughlin, en un informe publicado este jueves en la plataforma OZY, ha declarado que “ahora está claro que al-Asad ganó la guerra de Siria, al menos militarmente, mientras que Estados Unidos sufrió una gran derrota estratégica ante Rusia”.

De acuerdo con las declaraciones de McLaughlin, Estados Unidos, que redujo sus tropas en Siria, ha perdido la mayor parte de su influencia en este país árabe. “Estratégicamente, Estados Unidos probablemente ha perdido más de lo que ahora podemos darnos cuenta”, ha escrito.

Las fuerzas del Gobierno sirio, ha dicho McLaughlin, están actualmente comprometidas en una ofensiva respaldada por Rusia para retomar la provincia noroccidental de Idlib, la ultima provincia controlada por los rebeldes y terroristas.

Al respecto, ha destacado la capacidad de Rusia de tener buenas relaciones con los Estados de la región de Asia Occidental, y su respaldo al Gobierno legítimo de Siria y conservar sus intereses en el campo de batalla y derrocar a terroristas. “El presidente ruso, Vladimir Putin, ahora puede ser el líder extranjero más influyente en el Medio Oriente”, ha expresado el exjefe de la CIA.

 

A continuación, ha criticado la política extranjera de Turquía, explicando que este país se ve arrastrado en múltiples direcciones: opuesto a al-Asad, pero ansioso por evitar una confrontación directa con Rusia.

El miércoles, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien, afirmara que Estados Unidos no va a desplegar tropas en la provincia siria de Idlib por la presencia rusa y siria.

Tras semanas de escaramuzas entre las fuerzas turcas y sirias en Idlib, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció a principios de marzo el inicio de una nueva operación militar en esta provincia noroccidental

Pero, al verse incapaz de hacer frente al Ejército sirio e impedir su avance frente a los grupos terroristas y armados —a los que Ankara brinda apoyo financiero, armamentístico y logístico— y por no poder convencer a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Europa y EE.UU. que apoyen su ofensiva ilegal, Erdogan se vio obligado a firmar el 5 de marzo un acuerdo del alto el fuego en Idlib con Rusia.

El acuerdo, impuesto por los sirios, supone una victoria contundente para Damasco, ya que, para lograrlo, Ankara abandonó todas las peticiones, amenazas y los ultimátum al Gobierno de al-Asad.

Por otro lado, el pacto consolida todos los avances del Ejército sirio en Idlib y pone de relieve el fracaso, tanto militar como diplomático, de Erdogan, que no pudo ganarse el apoyo de sus aliados occidentales a pesar de sus provocaciones con los refugiados.

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