Ante la intensificación del programa de misiles de Corea del Norte, el Ministerio de Defensa de Japón pidió a su Gobierno una cifra récord de recursos para el presupuesto militar de 2018. Según dicha Cartera, para el fortalecimiento de las Fuerzas de Autodefensa del país y la adquisición de nuevas armas se requieren unos 5,25 billones de yenes (cerca de 47.700 millones de dólares).
Con el mismo propósito, la Defensa de Corea del Sur espera recibir unos 38.200 millones de dólares.
Los motivos de los militares japoneses y surcoreanos parecen ser bastante evidentes: desde el año 2011, cuando el actual mandatario norcoreano, Kim Jong-un, asumió el poder, Pyongyang ha realizado tres pruebas nucleares y medio centenar de lanzamientos de misiles balísticos. Cada año, sus tecnologías resultan más avanzadas y se estima que en 2018, los misiles norcoreanos podrían ser capaces de llevar una carga nuclear.
Mientras tanto, desde Corea del Norte han dado a entender que no planean posponer ni cancelar sus pruebas. Para Pyongyang, los programas nuclear y balístico constituyen la mejor garantía de seguridad para su nación.
Bajo tales circunstancias, tanto las Fuerzas de Autodefensa japonesas como las Fuerzas Armadas surcoreanas están principalmente interesadas en adquirir modernos sistemas de defensa aérea y aviones de combate a fin de poder socavar las posiciones norcoreanas, en caso de un hipotético conflicto bélico. Teniendo en cuenta la presencia de las fuerzas estadounidense en sus territorios, a Tokio y Seúl no les quedaría otra opción que adquirirlos en el mercado de EE.UU.
Estas cifras suponen un incremento exponencial de las sumas destinadas a la adquisición de armamento estadounidense. Así, según datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), en 2016 Seúl adquirió en EE.UU. armas por un total de 501 millones de dólares, al tiempo que Tokio se limitó a unos 307 millones. Y si bien para Corea del Sur esa cifra supone un 37,6 % de las importaciones militares, para Japón ese índice se ubica en el 93 %.
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