Un informe publicado el viernes en el rotativo surcoreano Yonhap asegura que Pekín no está dispuesto a cooperar con Washington y sus aliados en la aplicación de presiones económicas sobre Pyongyang por eventuales afectaciones sobre los lazos bilaterales y temor a que se desestabilice aún más la península coreana.
Luego de que Corea del Norte probara el martes el misil Hwasong-15, con capacidad de cubrir la totalidad del territorio estadounidense, Washington y sus aliados en el este de Asia abogaron por aumentar las presiones económicas sobre Pyongyang.
En específico, tanto el secretario de Estado de EE.UU. como la jefa de la misión diplomática estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Rex Tillerson y Nikki Haley, respectivamente, urgieron a la comunidad internacional a cortar todos sus lazos comerciales con Corea del Norte mientras que pidieron a China que deje de exportar petróleo a suelo norcoreano.
Según el informe de Yonhap, las autoridades chinas temen en particular que con la aplicación de más medidas coercitivas contra Corea del Norte, las fronteras de China con este país se desestabilicen y que afecten la seguridad en las zonas fronterizas chinas.
Del mismo modo, Pekín cree que presionar más a China dificultará significativamente que las partes puedan llegar a un acuerdo político e impedirá un posible enfrentamiento militar entre Pyongyang y Estados Unidos y sus aliados.
La tensión entre Corea del Norte y EE.UU. se ha incrementado en las últimas semanas. La Casa Blanca dice que ya tiene preparadas las “opciones militares” contra Pyongyang, mientras que los norcoreanos realizan pruebas nucleares y balísticas sustentándose en su “derecho a la autodefensa” ante la abierta “hostilidad” de Washington.
China y Rusia, no obstante, mantienen una postura menos hostil e insisten en la necesidad de entablar en diálogos para lograr una solución diplomática a la crisis actual.
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