Al-Ezi Rajeh, miembro de la oficina política de Ansarolá, en una entrevista con la agencia de noticias Al-Maloumah, aseguró que el verdadero propósito de la presencia estadounidense en Yemen es saquear el hidrocarburo del país árabe, contener a la influencia de China, controlar una región estratégica, con el apoyo de Israel, y poner palos a las negociaciones de paz entre Riad y Saná.
Indicó que nuevos contingentes de marines estadounidenses entraron en Yemen, específicamente en las ciudades de Taiz y Hadhramout, para reforzar las bases ilegales del país norteamericano y, con el apoyo del dimitido gobierno yemení, presidido por Abd Rabu Mansour Hadi, apoderarse de los recursos de los yemeníes.
Denunció también que la coalición que lidera Arabia Saudí en la guerra contra Yemen ha conspirado para fortalecer la presencia de Estados Unidos y el Reino Unido en Yemen, lo que supone, a su juicio, una amenaza a la seguridad y soberanía del país, devastado por la guerra.
De acuerdo con el análisis de Rajeh, Estados Unidos no ha reducido su presencia militar en Asia Occidental, como se esperaba, sino que la ha fortalecido, en particular en las costas yemeníes del mar Rojo. Una medida con la que Washington intenta frenar la influencia y presencia de China en esta región y obstruir la implementación de los acuerdos estratégicos del gigante asiático con los países árabes de la región, incluido Arabia Saudí.
El miembro de Ansarolá también relaciona la importancia geopolítica, geoestratégica y geoeconómica de Yemen con el esfuerzo de EE.UU. para no moverse de este país. El estrecho de Bab el-Mandeb es un paso importante en este sentido.
Además, señalando que Estados Unidos es un valedor del régimen de Israel, afirma que Washington ha reforzado su presencia en Yemen para apoyar los esfuerzos del régimen sionista de mantener tropas en las islas estratégicas de Yemen, como Socotra, para poder aumentar su factor de seguridad marítima, por un lado, y, por otro, utilizar estas zonas para poner en peligro la seguridad de los demás.
Por otro lado, el aumento de la presencia militar estadounidense en el sur de Yemen, al mismo tiempo que las negociaciones entre Yemen y Arabia Saudí para poner fin a la guerra se han vuelto más serias, ha reforzado la posibilidad de que EE.UU. ponga obstáculos para evitar el fin de esta contienda que ha dejado miles de muertos.
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