La llamada coalición liderada por Arabia Saudí ha realizado la madrugada de este sábado (hora local) nuevos bombardeos contra Saná, capital yemení, y Al-Hudayda (oeste), informa la cadena local Al-Masirah. En Saná, los aviones de combate saudíes apuntaron dos casas mientras los residentes estaban dormidos, matando a ocho de ellos y dejando herido a otros cuatro.
Según detalla el medio yemení, las ofensivas contra los depósitos de combustible en el puerto de Al-Hudayda se producen en momentos en que estas instalaciones se han quedado sin suministro debido a la incautación de los buques petroleros de Yemen por Arabia Saudí y sus aliados.
Riad se venga de civiles por golpe duro de la tormenta
La nueva ofensiva parece ser una respuesta al aplastante ataque con drones que efectuó el viernes el Ejército de Yemen contra 18 objetivos clave en el sur y centro de Arabia Saudí, incluidas las instalaciones de la petrolera estatal saudí Aramco, compañía que mantiene el pulso de la economía saudí.
Mientras todo el mundo se centra en la guerra de Ucrania, la agresión saudí a Yemen entró el viernes en su octavo año. Arabia Saudí se ha visto fracasado en su campaña con la misión de aplastar al movimiento popular yemení Ansarolá y lo único que ha tenido su agresión es la matanza de decenas de miles de yemeníes, el desplazamiento de millones más y un pueblo que está al borde de hambruna.
El mismo viernes y en el 7.º aniversario del inicio de esta brutal invasión, el líder del movimiento popular yemení Ansarolá, Abdul-Malik al-Houthi, condenó el silencio sesgado del mundo ante los crímenes de Riad y sus aliados contra el país más pobre del mundo árabe.
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