El pasado 14 de febrero, la Fuerza Aérea del Ejército yemení, secundada por el movimiento popular Ansarolá, derribó con un misil tierra-aire un avión tripulado saudí, modelo Tornado, mientras realizaba misiones “hostiles” en la provincia de Al-Yauf, en el norte de Yemen.
Unas horas después, los aviones de la llamada coalición liderada por Arabia Saudí bombardearon intensamente el lugar donde cayó el Tornado, causando la muerte de al menos 30 civiles, y cuyos cadáveres fueron hacinados alrededor de los restos del caza derribado.
Mohamad al-Bujaiti, un responsable del Consejo Político de Ansarolá, reveló el domingo que Riad había lanzado la cruenta operación para tratar de eliminar a sus propios pilotos eyectados de dicha aeronave.
“Los saudíes tenían la intención de matar a sus pilotos con ataques aéreos contra los restos del avión abatido”, indicó Al-Bujaiti en una entrevista concedida el domingo a la cadena de televisión libanesa Al-Mayadeen.
Un vídeo publicado por los combatientes yemeníes muestra el momento exacto en que la aeronave saudí cae envuelta en llamas, mientras dos pequeños objetos salen disparados de ella simétricamente, lo que evidencia que los pilotos lograron eyectarse tras el impacto de misil yemení.
“Después del ataque, los aviones saudíes apuntaron a todo lo que se movía en el área donde el avión fue derribado, algo que lamentablemente resultó en el martirio de decenas de civiles yemeníes”, agregó.
Las declaraciones de Al-Bujaiti se produjeron días después de que una declaración publicada por la agencia saudí oficial de noticias SPA confirmara que tras el mencionado episodio, las fuerzas del reino árabe habían llevado a cabo una operación especial para evacuar a los pilotos que sobrevivieron, “pero no ha surgido más información desde entonces”.
El derribo del avión saudí marcó una gran victoria para el Ejército de Yemen ante la supremacía aérea que tenía anteriormente la alianza militar entre Riad y sus aliados regionales en la región.
Últimamente, las fuerzas yemeníes, que han aumentado sus capacidades militares, especialmente su poder misilístico, han derribado varias drones y helicópteros saudíes, demostrando así que, tras seis años de conflicto, han cambiado los derroteros de la guerra.
Esto mientras que los ataques saudíes, en muchas ocasiones perpetrados con aeronaves y bombas fabricadas en países occidentales, han dejado más de 100 000 yemeníes muertos, en su mayoría civiles, según un reporte del proyecto Datos sobre Localización y Acontecimientos de Conflictos Armados (Acled, por sus siglas en inglés).
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