En el marco de la marcha de celebración por el Día de las Familias, el mandatario dijo este jueves que los migrantes venezolanos secuestrados en El Salvador son gente de trabajo y que migrar no es un delito.
“Les digo a las madres, a sus padres, a sus hermanos que más temprano que tarde rescataremos sanos y salvos a todos los muchachos secuestrados en el Salvador y reunificaremos a toda la familia con el favor de Dios”, indicó el mandatario venezolano.
Conforme a Maduro, “nuestros migrantes son personas honestas (…) migrar no es un delito, perseguir y torturar migrantes sí es un delito. Sancionar a un país sí es un delito”.
“Hoy la familia venezolana sufre la agresión de un imperio racista que persigue a los muchachos y a las muchachas migrantes solo por ser migrantes”, dijo Maduro.
Maduro hizo estas afirmaciones luego de la llegada de la niña Maikelys Espinoza, que arribó el miércoles a Caracas en un vuelo junto con 226 migrantes venezolanos deportados desde Estados Unidos.
Desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, sus políticas xenófobas hacia los migrantes han generado deportaciones masivas hacia cárceles en Guantánamo, en Cuba, y en El Salvador. Asimismo, han sido enviados hacia México o sus países de origen, en flagrante violación del derecho internacional.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos expresó el martes su preocupación por la situación de más de 250 ciudadanos venezolanos deportados desde Estados Unidos a El Salvador, quienes podrían estar en condición de “desaparición forzada”.
Según denunció el organismo, hasta la fecha ni las autoridades estadounidenses ni las salvadoreñas han divulgado listas oficiales de las personas detenidas y trasladadas, lo que genera serias dudas sobre su paradero y condiciones de detención.
La ONU instó tanto al gobierno de Estados Unidos como al de El Salvador a “garantizar transparencia, informar sobre la situación de los deportados y asegurar que se respeten sus derechos fundamentales en todo momento”.
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